El acueducto de Segovia
El Acueducto de Segovia fue construido para transportar el agua del manantial de la Fuenfría, desde la Sierra de Guadarrama, hasta la ciudad de Seguoia. De hecho, es lo que significa, literalmente, el término en latín: aqua (agua) y ducere (conducir). Se cree que se construyó a finales del reinado de Trajano (en el siglo II d. C.), que fue, además, el primer emperador hispano y no romano.
La huella que éste dejo en la Península Ibérica es notable y el Acueducto de Segovia es uno de los mejores ejemplos. El recorrido cuenta con 167 arcos (en dos niveles en las zonas de más desnivel) a lo largo de sus más de los 800 metros de recorrido visible. Con una altura de hasta 30 metros en los el punto más alto, en pleno centro. De hecho, lo mejor es subir las escaleras de la Plaza de Azoguejo y apreciar la distancia al suelo desde lo alto. Una vista clásica con la sierra de fondo.
En su tramo urbano, con la Plaza del Azoguejo y la Plaza de la Artillería a cada lado, el Acueducto de Segovia parece dividir la ciudad en dos. Pero nada más lejos de la realidad. La estructura milenaria convive en perfecta armonía con el resto de la arquitectura local, sea de la época que sea.